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“Tengo problemas con mi pareja, ¿necesitamos terapia?”

La pareja es nuestro lugar de encuentro, nuestro punto de apoyo, el lugar íntimo de conocimiento del otro y de uno mismo, ese espacio seguro de amor y crecimiento personal. Y, también, la pareja es el espejo en el que vemos lo propio que no nos gusta; donde, a veces, arrojamos quejas y reproches, depositamos expectativas difíciles de conseguir, donde los enfados, la decepción y la frustración acumulada se convierten en el lenguaje habitual con el que comunicarse.

Es posible que los celos, las infidelidades, la falta de sexo, aparezcan también en la relación. Llegados a este escenario de desgaste, normalmente, comenzamos a plantearnos si lo nuestro tiene solución o no, si hay forma de recuperar el amor que un día estuvo y ahora parece un espejismo.

¿Qué hacer en esta situación?

Veamos algunos aspectos clave a tener en cuenta antes de comenzar una terapia de pareja.    

Es recomendable acudir a terapia cuando comienza a observarse malestar o insatisfacción, comenzamos a sentir que no nos entendemos, que tratamos de explicar algo y tenemos la sensación de que el otro no sabe lo que quiero decirle.

 Ambos miembros deben querer resolverlo y tener los mismos objetivos. El objetivo no es necesariamente “salvar” la pareja pues, aunque lo más frecuente es que se acuda para resolver el conflicto y continuar juntos, también existe la posibilidad de la ruptura.

Entonces, ¿Cuáles son las razones por las que merece la pena hacer terapia de pareja?

Detallamos, a continuación, los motivos más comunes que nos encontramos en la consulta:    

1.- Cuando existen problemas en la comunicación.

Muchos problemas en las relaciones de pareja se sustentan por el tipo de dinámica que se ha establecido en la comunicación. Para poder comprenderse es esencial que la comunicación sea sana y respetuosa. Elementos clave como la asertividad, la validación emocional, la expresión directa y honesta de los puntos de vista se reforzarán en el proceso terapéutico.

2.- Cuando el proyecto de vida común no está claro.

Y es que es habitual que una relación pueda deteriorarse si los planes de futuro no están consensuados entre ambos. Sentir que se camina en una dirección le da forma y propósito a la pareja. En la terapia se ofrecen el espacio y las herramientas para expresar lo que cada uno desea encontrar en la relación desde la honestidad.

3.- Cuando las relaciones íntimas se han deteriorado.

Ya sea por desgaste, pereza, o distanciamiento, o bien por los enfados, la rutina, o sentimientos de incomprensión, cuando las muestras de afecto hacia nuestro compañero de vida disminuyen drásticamente o prácticamente desaparecen, es momento de acudir a terapia. Desde expresar afecto en detalles cotidianos como mejorar la comunicación en la sexualidad, son componentes esenciales que se abordarán para recuperar la armonía en la pareja.

4.- Cuando ha habido una infidelidad.

La infidelidad es una de las primeras causas de separación o divorcio en las parejas, y esta crea fuertes reacciones emocionales (ansiedad, depresión). Pero no todas las parejas se separan. Hay algunas que optan por continuar juntas por diversas razones y es en estos casos cuando es aconsejable la intervención de un terapeuta de pareja. Es habitual que la confianza en el otro se desvanezca y el dolor por el engaño den lugar a los celos, la culpa y la inseguridad, tanto en uno mismo como en la relación. En estos casos, propiciar un espacio de expresión y comprensión, y construir un camino hacia la reconciliación serán objetivos de la terapia para recuperar la pareja.

Además de las anteriores, hay otras razones por las que se recomienda iniciar terapia de pareja: cuando los hijos e hijas se convierten en la única prioridad, cuando sientes que tu pareja te aleja de tu familia o la familia del otro genera un problema, cuando alguno se siente inferior o subestimado, e incluso cuando una enfermedad de larga duración es motivo de conflictos o distanciamiento. Y también cuando no hay un problema como tal a resolver, sino que el objetivo es conocerse mejor mutuamente, fortalecer el vínculo y construir una relación estable y sólida.

En definitiva, la terapia de pareja es el lugar para aprender a conocerse y a gestionar los conflictos que, como toda relación interpersonal -y más concretamente la de pareja-, entraña. No es más sólida aquella pareja que no tiene conflictos, sino la que aprende a manejarlos adecuadamente.

Si crees que tu relación de pareja y tú mismo/a merecéis esta oportunidad o quieres clarificar cualquier punto antes de comenzar tu proceso, puedes solicitar una primera entrevista gratuita y sin compromiso.